lunes, 13 de diciembre de 2010

Tribus Urbanas en Paraguay "Emos-Flogger"




Las tribus urbanas vienen marchando: Los emos y los floggers

Emos, floggers, darkies, góticos, skinhead, frikies, otakus… son términos que por ahora nos resultan extraños. Por eso averiguamos para saber de qué se trata cuando aparezcan y comiencen a reproducirse entre nosotros.

No deben olvidar que alguna vez fueron hippies, punks, rockeros, metaleros, las personas adultas que hoy miran con ojos reprobadores el aspecto rarófilo y la conducta particular de los chicos y chicas que se identifican con estos grupos. Se unen a estos clanes por el placer de estar juntos con congéneres que comparten actitudes y sentimientos idénticos a los propios.

De sus hábitos se desprende que en esa pertenencia subyace el rechazo a la sociedad que busca adaptarlos a sus reglas, que les impone una tensión psíquica ardua como precio del ingreso al universo adulto.

Lo mismo que experimentamos nosotros en aquella hormonal edad del pavo.

Los emos son la corriente más joven, agrupa a pendex entre 12 y 19 años, medio herederos de los góticos, escuchan música post harcord, como Dashboard Confessional, Thursday, Saves The Day, Amber Pacific, Silverstein y Jimmy Eat World, The Get Up Kids. Curten un aspecto triste, introvertido, visten ropas oscuras, ojos muy maquillados, espeso flequillo que cubre medio rostro, se autocalifican como emocionales y pueden lagrimear con los temas de AFI, Allison, 30 Seconds to Mars y Panic.

Los floggers son más figuretis, se exponen en la red a través de fotos y fotos que se toman todo el tiempo y publican en sus foto-blogs en Internet. Visten pantalones ajustados, usan cabello batido alto, remeras anchas de colores, enormes anteojos y escuchan música pop electrónica.

Son datos que se consiguen en la red y la mayor crítica que reciben estos grupos es que son carentes de los ideales y la creatividad que caracterizaban a las TU de generaciones anteriores que hoy son señores conservadores y madres culís. Pasa que aquellas pandillas descartaron toda espiritualidad de cuajo, y de paso hicieron bolsa la mística de ideas trascendentes.

Se borró toda huella de lo sagrado y espiritual, como forma de rechazo al oscurantismo religioso. En reemplazo, surgieron nuevas idolatrías como la democracia, la ecología, la ciencia, la tecnología, los derechos humanos, que tienen su contenido de altos principios lo mismo que sus fallas, y tampoco respondieron a las expectativas existenciales del alma y la mente humanas.

Las generaciones anteriores abdicaron de lo religioso, con sus culpas y pecados, pero al menos existía un contenido espiritual.

Los adolescentes de hoy sólo tienen para rechazar el descreimiento cínico, nihilista, que heredaron. Procuremos comprenderlos antes de rechazarlos como si fueran plaga.

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